Stones, part 8

Ayer estuve en un tris de lanzar una de éstas a un empleado de la oficina de Correos. Al mismo que hace unas semanas me dijo que debía esperar una notificación antes de pasar a recoger un envío que estaba esperando. El mismo que entonces insistió en que era allí donde debía ir a recogerlo una vez recibiera el susodicho aviso. El mismo que ayer me dijo que nunca se notificaba, que tú pasabas y ya está. El mismo que me ha hecho perder el tiempo en colas, días y trayectos. Pero claro, él que va a saber de tiempo, ese artículo de lujo, esa preciada posesión con la que soy auténticamente egoista.

Me di la vuelta y me marché por la puerta.

Yesterday I was on the verge of throwing one of these stones to a Mail Office employee. The same guy who a couple of weeks ago told me I must previously wait for the notice before coming to pick up the expected delivery. The same guy who insisted on me coming to pick up the delivery at that same office. The same guy who yesterday said that they never sent notice for such deliveries, you just had to come pick it up as soon as you knew it had been sent to you. The same guy who's made me waste time in queuing, days and journeys. How could he know about the matter of time, that luxury, that precious posession that I've grown very selfish with.

I turned around and walked through the door.

Todays' music:

Social Distortion